Mismo ritual. Sin cafeína.
Sabemos lo que estás pensando. Pero espera: este no es un descafeinado más. Nuestro café descafeinado de Colombia mantiene el alma del café gracias a un proceso natural a base de etil acetato extraído de la caña de azúcar.
El resultado es un café con sabor dulce, cuerpo suave y un aroma que recuerda al pan recién tostado.
Ideal para noches largas, sobremesas eternas y para quienes ya tienen suficientes emociones fuertes en el día a día.
¿Death before decaf? Sí, lo sabemos.
Pero prueba este café descafeinado y luego hablamos.
Variedades Caturra, Castillo y Colombia, cultivadas en Caldas (Colombia) por pequeños productores a 1700–1900 m.
Tostado por Brooklyn Café Barcelona, nuestros cómplices cafeteros.
